Una gran mayoría de personas nunca deja descansar a su teléfono inteligente, colocándolo encendido sobre la mesita de noche para usarlo como despertador. Sin embargo, en una especie de "venganza tecnológica", estos dispositivos están cobrando el sueño de sus dueños. Expertos advierten que dormir con un smartphone en la habitación puede tener un impacto negativo en la cantidad y calidad de nuestro descanso.
Investigadores y especialistas señalan que el mal uso que damos a smartphones, tabletas y computadoras es el principal culpable de esta alteración. El uso de estos dispositivos justo antes de dormir (e incluso durante la noche) nos sume en un ciclo vicioso de sueño deficiente.
Russell Johnson, de la Universidad Estatal de Michigan (EE. UU.), afirma que los celulares están "casi perfectamente diseñados para interrumpir el sueño", manteniéndonos enganchados, dificultando la desconexión del trabajo y retrasando el inicio del descanso.
Dos factores clave de esta interrupción son:
1. La Luz Azul: Este tipo de luz, emitida por pantallas, penetra fácilmente a través de los párpados y activa un estado de alerta en el cerebro, suprimiendo la secreción de melatonina, la hormona que regula el ciclo del sueño. La neuróloga Marcos Villamil subraya que la exposición a luz intensa de noche puede trastocar el reloj biológico.
2. El Estado de Alerta Inconsciente: La ingeniera en telecomunicaciones Laura Berríos añade que las notificaciones, vibraciones y mensajes mantienen al cerebro en constante alerta, interrumpiendo las fases profundas del sueño, aunque el usuario crea estar dormido.
Además, estudios como el encargado por el Foro de Fabricantes de Móviles en 2008 sugieren que las ondas radioeléctricas que emiten los smartphones también podrían alterar el sueño, reduciendo la duración del sueño profundo, aunque no existe un consenso generalizado en la comunidad científica sobre este punto.
A pesar de la creciente evidencia sobre el impacto negativo, expertos como Joaquín Durán, de la unidad de sueño del Hospital Universitario de Álava (España), insisten en que hay que relativizar la "mala fama" de los smartphones y centrarse en la responsabilidad del usuario.
"Si hay que culpar a alguien es al usuario", explica Durán, señalando que "todos los sistemas de mensajería, llamadas, luz, sonidos, alarmas, tienen que estar desactivados" antes de dormir. La clave es evitar cualquier dispositivo (celular, TV, radio o computadoras) que active el cerebro y dificulte la conciliación del sueño. "No hay que maldecir a la herramienta, sino al uso que le damos".
Los expertos coinciden en la necesidad de establecer hábitos saludables para el uso nocturno de la tecnología. Kevin Mammeri, autor principal del estudio de Unige, destaca que la implicación familiar es decisiva.
Las principales recomendaciones incluyen:
1. Toque de Queda Digital: Dejar los dispositivos entre 30 y 60 minutos antes de dormir.
2. Silencio Total: Activar el modo "No molestar" o apagar las notificaciones.
3. Distancia: Ubicar el celular lejos de la cama, idealmente en otra mesa o estante. Cada centímetro que se aleja la fuente de luz reduce su potencial de alterar el reloj biológico.
4. Alternativas: Sustituir las pantallas por actividades relajantes como leer, meditar o escuchar música suave.
5. Ambiente: Mantener el dormitorio oscuro y estable.
En resumen, dormir con el celular cerca no es una práctica inocente. El problema no es solo la luz, sino la estimulación constante que impide que el cerebro desconecte, llevando a noches más cortas, sueño más superficial y un impacto negativo en la salud mental y el rendimiento diario. La solución está en establecer reglas claras y darle al cerebro el descanso que necesita.