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El poder del abrazo en el postparto
Una sólida base científica respalda los múltiples beneficios del método canguro
Por Karen Sierra
Publicado en 27/10/2025 16:00
Salud y bienestar

El contacto piel con piel, también conocido como método canguro, es una práctica médica y de cuidado que consiste en colocar al recién nacido desnudo directamente sobre el pecho de su madre inmediatamente después del parto. Este sencillo acto, estudiado desde la década de 1970, ha demostrado ser crucial para la transición del bebé a la vida extrauterina y para establecer una conexión temprana y saludable con sus padres.

Una reciente revisión de Cochrane, la red independiente de investigadores que analiza la evidencia científica, ha reforzado las "bonanzas" de esta estrategia, destacando sus impactos positivos tanto en el bebé como en la madre.

Para el recién nacido, el contacto piel con piel actúa como un "regulador" biológico, facilitando su adaptación al nuevo entorno:

·         Regulación Fisiológica: La cercanía inmediata con la madre ayuda al bebé a mantener una temperatura corporal adecuada, replicando el ambiente cálido del útero. También contribuye a mejorar y estabilizar su respiración y frecuencia cardíaca. La revisión de Cochrane incluso sugiere que los lactantes que experimentan este contacto tienen niveles de glucosa en sangre más altos.

·         Fomento de la Lactancia: Al sentir la cercanía de su madre, el bebé se estimula a buscar el pecho. La ciencia constata que el piel con piel eleva la probabilidad de mantener la lactancia materna exclusiva; alrededor del $75\%$ de los bebés con este contacto se alimentan exclusivamente de leche materna al mes de vida, comparado con el $55\%$ de los que no lo tuvieron.

La primera hora de vida es una "ventana de oportunidad" crucial. En este periodo, la madre experimenta la liberación de altos niveles de oxitocina (la "hormona del amor"), que juega un papel clave en el vínculo afectivo con el bebé. Esta hormona, además, estimula la producción y el suministro de leche materna. La exposición temprana al olor y a los latidos del corazón de la madre tranquilizan al bebé y refuerzan su familiaridad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el método, incluso para bebés prematuros. El consenso médico actual, como señala Ana Morillo, neonatóloga del Hospital Infantil Sant Joan de Déu de Barcelona, es que separar a la madre del bebé al nacer "debería estar obsoleto". El contacto es una necesidad biológica que nutre y estabiliza al recién nacido.

 

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