El progreso real del ejercicio va mucho más allá de perder peso. De hecho, los cambios en tu cuerpo, energía y estado de ánimo son indicadores mucho más fiables de que estás en el camino correcto.
Durante años, la práctica deportiva estuvo casi exclusivamente asociada a la pérdida de peso. Por suerte, hoy en día entendemos que el entrenamiento es una necesidad física fundamental para mantener la salud, la masa muscular, la coordinación y, sobre todo, aumentar la sensación de bienestar.
Pero si la báscula no es el mejor medidor, ¿cómo saber si el esfuerzo en el gimnasio o en la pista está dando frutos? Los expertos, señalan seis factores clave que demuestran que tu entrenamiento está funcionando, sin importar lo que marque el número de la pesa.
1. Te recarga las pilas: adiós al cansancio crónico
Parece una paradoja: el ejercicio cansa en el momento, pero a largo plazo, aumenta tus niveles de vitalidad y la sensación de energía.
Según Montufar, "cuando entrenas bien, aumentan tus niveles de vitalidad y la sensación de energía". Este efecto está documentado por estudios como The Effect of Chronic Exercise on Energy and Fatigue States, que confirman que la sensación de cansancio desaparece. Esta recarga está directamente relacionada con la constancia, la intensidad (el ejercicio moderado suele ser el más efectivo) y la modalidad que elijas.
2. Estás de mejor humor: la dosis natural de felicidad
Si te sientes más positivo y motivado, es una señal inequívoca de que tu entrenamiento es efectivo.
"Al entrenar, tu cuerpo libera endorfinas y te sientes más motivado durante el día", explica Montufar. Las endorfinas interactúan con los receptores del cerebro, generando una sensación positiva. Además, en el caso de ejercicios intensos como correr, el famoso ‘subidón del corredor’ se debe a los endocannabinoides, sustancias químicas naturales que reducen la inflamación y mejoran la respuesta inmune, ¡un efecto similar al THC!
3. Mejoras en la talla y composición corporal
La báscula es un indicador limitado y a menudo engañoso. La nutricionista Gabriela Uriarte señala que el Índice de Masa Corporal (IMC) es un "vestigio de una sociedad pesocentrista".
El progreso real se ve en la composición corporal, es decir, la proporción de masa magra (músculo) frente a grasa.
¡Dato clave! Cuando entrenas fuerza, puedes ganar músculo y perder grasa a la vez. Como el músculo pesa más que la grasa (aunque ocupa menos), tu peso puede mantenerse o incluso subir. La señal de que funciona es: "la ropa ajusta diferente y el cuerpo se ve más firme", indica el entrenador.
Si el objetivo principal es la pérdida de grasa, la clave sigue siendo el déficit calórico, logrado idealmente con una combinación de cardio (quema calorías directas) y fuerza (acelera el metabolismo al aumentar la masa muscular).
4. Notas el esfuerzo
Sentir los músculos doloridos o un ligero cansancio al día siguiente es perfectamente normal y una señal de que has trabajado.No se trata de estar "apalizado" o con punzadas extremas, que pueden indicar sobreesfuerzo o falta de entrenamiento. Es la sensación general de haber realizado un trabajo efectivo.
5. Tienes menos dolor (Funciona como una "Pastilla")
El deporte es considerado una "pastilla" con efectos beneficiosos en múltiples dolencias. Entrenar ayuda a disminuir el dolor, tanto crónico como agudo.
Un estudio sobre el ejercicio y el dolor crónico encontró que incluso una sola sesión de ejercicio puede reducir la intensidad del dolor. Muchas mujeres, por ejemplo, notan este efecto analgésico al entrenar los días previos a la regla.
6. Progreso Funcional: Eres Más Capaz
Según José Ramón Pallás, coordinador del Grupo de Salud y Deporte de la OMC, la medida más fiable del progreso es la funcionalidad. Tu cuerpo se está volviendo más eficiente.
- Puedes correr más rápido o por más tiempo.
- Puedes levantar más peso.
- Tu frecuencia cardíaca en reposo disminuye (un corazón entrenado late menos veces por minuto).
Escucha a Tu Cuerpo
Olvida la obsesión con la báscula. La verdadera guía de que tu entrenamiento está funcionando es cómo te sientes y cómo funciona tu cuerpo en el día a día.
El ejercicio progresivo no solo moldea el cuerpo, sino que transforma la vida: reduce el estrés, la ansiedad y la fatiga, mejora el sueño y te otorga una mayor resiliencia mental. El bienestar se mide por tu energía, tu ánimo y la vitalidad que sientes cada mañana.