En negociaciones indirectas realizadas en Sharm el-Sheij (Egipto), Israel y Hamás acordaron una primera fase de un plan de paz impulsado por Estados Unidos que incluye un alto el fuego y el intercambio de rehenes por prisioneros palestinos. Se espera que la liberación de decenas de rehenes israelíes ocurra en un plazo de 72 horas tras la entrada en vigor del cese de hostilidades.
Donald Trump, quien ha mediado activamente el proceso, señaló que la firma formal del acuerdo podría realizarse en las próximas tres jornadas, como parte de los esfuerzos para desescalar el conflicto. Según el acuerdo, Israel iniciaría una retirada parcial de sus fuerzas dentro de las primeras 24 horas posteriores a la ratificación, mientras que Hamás entregará 20 rehenes capturados durante el ataque del 7 de octubre de 2023.
Aunque el pacto representa un avance diplomático, quedan temas por definir: la lista completa de rehenes y prisioneros a intercambiar, las condiciones del repliegue militar israelí y los mecanismos de verificación internacional. Además, el Gobierno israelí debe aprobarlo en gabinete de seguridad antes de su implementación oficial.
Este acuerdo ha sido recibido con cautela: muchas voces en Oriente Medio y Occidente lo consideran un paso esperanzador, pero advierten que su éxito dependerá de que ambas partes cumplan lo pactado y de que los acuerdos posteriores sobre gobierno, seguridad y reconstrucción no queden en suspenso.