En un acto de justicia social, la Agencia Nacional de Tierras (ANT) ha recuperado y entregado un total de 270 hectáreas en el municipio de El Agrado, Huila, a más de 20 familias de campesinos y víctimas. Estas tierras, que anteriormente estaban ocupadas de manera irregular o vinculadas a actividades ilícitas, ahora permitirán a sus nuevos dueños cultivar, producir y construir un futuro digno.
La operación, que duró tres días, forma parte de la estrategia del Gobierno del presidente Gustavo Petro para poner las tierras improductivas o en manos indebidas al servicio de la Reforma Agraria. Con el apoyo de autoridades judiciales y policiales, se garantizó que los procesos de recuperación se realizaran de manera legal y respetuosa.
Detalles de las Recuperaciones
Las tierras recuperadas se dividen en tres predios con propósitos específicos:
- El Dindal (97,5 hectáreas): Adquirido por la ANT en 2013, este terreno fue entregado a 12 familias afectadas por el proyecto hidroeléctrico El Quimbo. Una de las beneficiarias, Rusbert Sinbaqueva García, expresó su gratitud y alivio, destacando que ya no tendrá que pagar arriendo y que finalmente puede decir: "¡Esta tierra sí es mía!".
- Los Manzanillos (101,96 hectáreas) y Los Llanitos (69,98 hectáreas): Estos dos predios, que suman más de 171 hectáreas, estaban bajo la administración de la Sociedad de Activos Especiales (SAE) después de un proceso de extinción de dominio por enriquecimiento ilícito. Fueron entregados a seis familias de la Asociación Mujeres Agrarias, en su mayoría madres cabeza de hogar.
El Impacto en las Comunidades Beneficiadas
La entrega de estos predios ha tenido un profundo impacto en la vida de los beneficiarios. La líder de la Asociación Mujeres Agrarias, Vianey Medina, afirmó que esta acción "representa para nosotras dignificar la lucha social y fortalecer nuestra identidad campesina".
Por su parte, Liliana Salazar, otra beneficiaria, destacó el orgullo y la tranquilidad de tener un lugar propio para cultivar sus productos, reafirmando que las comunidades rurales son protagonistas de la Reforma Agraria en Colombia.
Estas acciones no solo devuelven los derechos territoriales a comunidades históricamente vulneradas, sino que también promueven la justicia social, la equidad de género y el fortalecimiento de la economía a través del sector agrícola. Cada hectárea recuperada es un paso más hacia un campo más productivo, inclusivo y sostenible.