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Copa BetPlay — final América vs. Nacional terminó en escándalo y sanciones
La final de ida en el Pascual Guerrero fue suspendida por invasión de hinchas y disturbios; la Dimayor declaró campeón a Nacional y abrió investigaciones.
Por Paula
Publicado en 03/11/2025 08:40
Deportes
Foto: EFE

La final de la Copa BetPlay 2024 entre América de Cali y Atlético Nacional, jugada en el estadio Pascual Guerrero, derivó en un serio incidente de orden público que empañó la definición: a falta de pocos minutos para el cierre, un sector de la tribuna sur del público local intentó invadir el campo, arrojó sillas y objetos al terreno de juego y se produjeron enfrentamientos con la policía. La situación escaló hasta el punto de que el árbitro suspendió el partido y las autoridades evacuaron a los jugadores; la premiación en la cancha no pudo realizarse.

Ante la gravedad de los hechos, la Dimayor emitió un comunicado rechazando la violencia, confirmó la suspensión definitiva del cotejo y procedió a declarar a Atlético Nacional campeón (los verdes estaban resguardados en los camerinos cuando se tomó la medida). La decisión respondió, según la organización, a la imposibilidad de garantizar la seguridad para continuar y celebrar normalmente el título.

El episodio dejó consecuencias inmediatas: heridos (reportes hablaban de unas 30 personas afectadas entre público y policías), daños materiales en las gradas y ataques a equipos de transmisión. Las autoridades locales (Alcaldía de Cali, Policía) y la Dimayor anunciaron investigaciones para identificar responsables, tanto individuos como eventuales fallas en el operativo de seguridad, y aplicar sanciones deportivas y administrativas.

Sanciones y repercusiones

  • La Dimayor sancionó inicialmente a América con cierre de la plaza por varias fechas para la Copa BetPlay y multas económicas; la Alcaldía de Cali aplicó medidas adicionales (cierres parciales del estadio y sanciones por público). Posteriormente, según recursos y apelaciones del club, algunas de esas sanciones fueron revisadas o aplicadas parcialmente, la situación disciplinaria evolucionó en los meses siguientes.
  • El episodio reabrió el debate sobre seguridad en estadios colombianos, la presencia y rol de la Policía en los recintos y la responsabilidad de clubes y barras bravas en garantizar el orden durante eventos multitudinarios. Analistas y medios pidieron revisar protocolos, controles de acceso y medidas preventivas antes de partidos de alto riesgo.

Además de la violencia puntual, el caso mostró fallos de prevención: alertas previas sobre riesgo en la tribuna sur, posibles incumplimientos en los acuerdos con cabecillas de barras y una reacción operativa que, para algunos críticos, llegó tarde o fue insuficiente para contener la avalancha. Esto volvió a poner sobre la mesa la necesidad de coordinación entre clubes, autoridades locales y Policía.

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