La relación entre redes sociales y la estafa es cada vez más evidente. A medida que crece la participación digital, también aumentan los intentos de engaño, lo que plantea interrogantes sobre el uso responsable y seguro de estas plataformas. La ética digital cobra relevancia en este contexto, ya que las redes sociales y la ética son dos dimensiones que deben ir de la mano para garantizar entornos seguros y confiables para todos los usuarios.
La amenaza silenciosa: el doxxing
Una de las prácticas más alarmantes es el doxxing: la recopilación, exposición y difusión no autorizada de información personal en internet. Aunque pueda parecer algo trivial, esta técnica suele usarse con fines maliciosos como el acoso, la intimidación, el chantaje o la manipulación pública. En algunos casos extremos, puede escalar a amenazas directas, ataques físicos o invasiones a la privacidad en el mundo real.
Los ciberdelincuentes logran conocer con exactitud el nombre, la dirección, lugar de trabajo e incluso datos familiares de sus víctimas, gracias a la información voluntariamente publicada por los propios usuarios o extraída mediante técnicas de phishing.
Engaños por redes sociales: ¿cómo reconocerlos?
Las redes sociales nos conectan, informan y entretienen, pero también se han convertido en el canal preferido para múltiples formas de estafa. Desde concursos falsos hasta enlaces maliciosos disfrazados de oportunidades, los engaños por redes sociales han evolucionado a un nivel preocupante.
A diario, en Colombia y el mundo, circulan mensajes fraudulentos, promociones falsas, entrevistas ficticias, suplantaciones de identidad y tiendas inexistentes. La magnitud del problema es enorme: se estima que 608 millones de personas fueron víctimas de estafas digitales en 2023. En Colombia, el 40 % de los usuarios pasa entre 4 y 6 horas diarias en redes sociales, y 1 de cada 10 afirma haber sido víctima de fraude.
Las estafas más comunes en redes sociales
- Estafas románticas: relaciones falsas para manipular emocionalmente y pedir dinero.
- Phishing: enlaces o mensajes diseñados para robar credenciales.
- Regalos falsos: premios inexistentes que solicitan información personal.
- Ofertas de empleo falsas: piden datos o dinero por adelantado.
- Fraudes de inversión: prometen ganancias rápidas, muchas veces con criptomonedas.
- Suplantación de identidad: clonación de perfiles de amigos o familiares.
- Tiendas falsas: venden productos que nunca entregan.
- Estafas benéficas: apelan a la generosidad con campañas ficticias.
- Ofertas irreales: precios demasiado bajos o promociones dudosas.
Señales de alarma: cómo identificar una estafa
- Mensajes mal redactados o con errores gramaticales.
- Cuentas nuevas con poca actividad.
- Solicitudes de amistad duplicadas.
- Enlaces inesperados en mensajes privados.
- Peticiones de dinero mediante métodos imposibles de rastrear.
- Presión para llevar la conversación fuera de la plataforma.
¿Qué hacer si ya fuiste víctima?
- Cambia tus contraseñas y activa el 2FA inmediatamente.
- Denuncia el caso a la red social y a las autoridades locales.
- Contacta con tu banco si perdiste dinero.
- Escanea tu dispositivo en busca de malware.
- Activas alertas de seguridad financiera.
Responsabilidad compartida en el entorno digital
La seguridad en redes sociales ya no es solo una cuestión técnica, sino también ética y social. La relación entre redes sociales y ética exige que los usuarios, las plataformas y las empresas asuman compromisos más firmes frente a la protección de la información y la prevención de estafas.
La prevención empieza con la educación digital. Estar informado, ser precavido y adoptar buenas prácticas puede marcar la diferencia entre navegar de forma segura o convertirse en víctima de un fraude digital.