La Casa Blanca negó la solicitud presentada por un grupo de obispos católicos de Florida que pedían suspender las operaciones de inmigración durante las celebraciones de Navidad. La petición fue encabezada por el arzobispo de Miami, Thomas Wenski, y respaldada por otros siete miembros de la Conferencia de Obispos Católicos de Florida, quienes apelaron directamente al presidente Donald Trump para que se detuvieran las redadas migratorias en estas fechas.
Los prelados argumentaron que una pausa permitiría a las familias inmigrantes vivir las festividades sin temor a ser detenidas o deportadas. Sin embargo, la Casa Blanca respondió que las operaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) continuarían “como de costumbre”, reafirmando que la frontera está asegurada y que la aplicación de la ley no se detendrá por motivos religiosos o festivos.
La decisión ha generado críticas entre organizaciones de derechos humanos y comunidades religiosas, que consideran que la negativa refleja una postura insensible frente a la situación de miles de inmigrantes en Estados Unidos. Por su parte, voceros del gobierno defendieron la medida como parte de su política de seguridad y control fronterizo.
Este episodio se suma a las tensiones entre la administración Trump y sectores de la Iglesia católica en Estados Unidos, que han cuestionado en repetidas ocasiones las políticas migratorias del actual gobierno.