El Ministerio de Minas y Energía de Colombia ha presentado un proyecto de resolución crucial que busca consolidar el futuro de la movilidad eléctrica en el país: establecerá los lineamientos técnicos y regulatorios para que todas las estaciones de carga de vehículos eléctricos e híbridos enchufables sean interoperables.
La interoperabilidad implica que los puntos de carga serán compatibles entre sí bajo estándares comunes y datos abiertos, eliminando las barreras de compatibilidad para los usuarios y garantizando la transparencia y eficiencia del servicio.
El proyecto fue socializado el miércoles 29 de octubre en un taller que congregó a más de 150 representantes del sector energético, la industria automotriz, la academia y los gremios.
La viceministra de Energía, Karen Schutt, destacó la importancia de la iniciativa: “Cada punto de carga interoperable es una oportunidad de desarrollo, innovación y equidad. Con esta resolución, Colombia consolida su liderazgo regional en electromovilidad y reafirma su compromiso con una transición energética justa y sostenible”.
Schutt afirmó que esta medida "marca un antes y un después en la política pública de energía y movilidad del país", ya que garantiza la confianza tanto para los usuarios como para los inversionistas, subrayando: “Estamos construyendo un sistema que le da confianza al usuario, que fomenta la inversión privada y que democratiza el acceso a una movilidad más limpia”.
Para lograr la compatibilidad, el proyecto contempla la adopción de los conectores Tipo 2 (AC) y CCS2 (DC), los más utilizados a nivel global. Además, se implementará el protocolo OCPI, que permitirá a los usuarios conocer en tiempo real la ubicación, disponibilidad y tarifas de cada punto de carga.
Toda esta información será administrada por la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME) y se publicará en plataformas abiertas, en línea con la política de datos abiertos del Gobierno Nacional.
Actualmente, Colombia cuenta con 229 estaciones de carga pública, 401 cargadores y 746 conectores, concentrados principalmente en Antioquia, Bogotá y Valle del Cauca.
El gran desafío ahora, según el Minminas, es extender esta infraestructura hacia las regiones intermedias y rurales. El objetivo es que la transición energética contribuya a cerrar brechas y generar oportunidades en todo el territorio nacional, convirtiendo la interoperabilidad en una herramienta de justicia energética.
Las proyecciones indican que para el año 2030, el país requerirá cerca de 20.000 puntos de carga. Esta expansión demandará una inversión significativa, estimada entre 224 y 390 millones de dólares.
La viceministra Schutt concluyó que esta ambiciosa meta “solo será posible con reglas claras, interoperabilidad garantizada y un trabajo conjunto entre el Estado, la empresa privada y la ciudadanía”. La interoperabilidad, por lo tanto, no solo representa un avance tecnológico, sino un pilar fundamental para garantizar que más colombianos accedan a soluciones de transporte limpias, modernas y seguras.