La administración federal de EE. UU. (FAA) dispuso reducciones en las operaciones aéreas en 40 aeropuertos de alto tráfico como respuesta a la escasez de controladores aéreos durante el actual cierre del gobierno, lo que derivó en miles de vuelos cancelados o con retraso en la jornada y en medidas de las aerolíneas para reprogramar o reembolsar pasajes.
- En la primera jornada de la medida se registraron más de 5.000 vuelos cancelados o retrasados (la cifra combinada incluye cancelaciones y demoras significativas).
- La FAA inició con una reducción del 4% en el número de operaciones en esos aeropuertos y programó que ese porcentaje suba hasta 10% en los días siguientes (con la posibilidad de avanzar aún más —hasta 15–20%— si el cierre se mantiene).
El cierre del gobierno estadounidense, abierto desde el 1 de octubre por un impasse en el Congreso, dejó a miles de empleados federales sin pago (aunque por ley muchos deben seguir trabajando). Entre ellos hay controladores de tráfico aéreo y personal de seguridad que han empezado a ausentarse o a reportarse enfermos por la necesidad de buscar ingresos alternos, lo que redujo la plantilla disponible para operar con seguridad. Ante ese riesgo, la FAA optó por disminuir la cantidad de vuelos para mantener márgenes operativos seguros.
Las grandes compañías (United, Delta, American, Southwest, Frontier) comenzaron a cancelar o reprogramar vuelos y varias anunciaron políticas de reembolso o cambio sin penalidad para los pasajeros afectados. El efecto práctico incluyó demoras promedio de horas en aeropuertos como Reagan (Washington) y congestión en hubs como Atlanta, Los Ángeles y Chicago.
- Si el cierre persiste la FAA prepara aumentos graduales del recorte (ya hay planes para 10% el 14 de noviembre) y la cifra de vuelos afectados podría escalar, con impacto directo en conexiones internacionales por el efecto dominó en hubs globales.
- El transporte de carga, las cadenas logísticas y los pasajeros de temporada (cercanos a festividades) son particularmente vulnerables; la presión política para desbloquear el presupuesto aumentará si los problemas afectan la economía real.